miércoles, 25 de noviembre de 2009

PAUL WHITTINGTON Y SUS MARAVILLOSOS ANDROIDES


Deberíais conocer a los androides de Paul Whittington. Me encanta la obra de este fotógrafo y director (por ahora) de cortometrajes.

Me gusta cómo contrapone la crudeza y la ternura humanas, y cómo las traslada a supuestos objetos, ya sean muñecos metálicos, de plastilina, o vegetales. Consigue dotarlos de una humanidad asombrosa: sus personajes resultan tristes, desdichados, patéticos... pero también inexpertos, curiosos, juguetones y ávidos de vida. Me recuerdan a juguetes rotos. De esos que casi nunca (casi) imaginarías vivos, pero que sin embargo algo en ellos trasciende y se comunica con una parte esencialmente humana y primaria que hay en nosotros. La bondad, la dignidad, la generosidad, las preguntas acerca de qué y quiénes somos... Esos ojos en teoría fríos e inanimados son dos bolitas de hierro que te miran dubitativos y te sonríen tímidos. Necesitan respuestas, necesitan comprender y conocer. Son tan... asquerosamente humanos.

Los androides que el señorito Whittington ha desarrollado para sus cortos transmiten todo tipo de emociones. Y reflexiones, y conclusiones. Plantea preguntas muy interesantes mientras te guiña un ojo. Sus personajitos me enternecen igual que Chaplin, ya sea en sus pelis mudas o en las sonoras (especialmente Candilejas transmite exactamente aquéllo de lo que hablo). Se trata de esa especie de aire desolado, solitario, casi infantil, de extrema dulzura, de entrega ; ojos enormes y brillantes que dudan pero te necesitan, desvalidos. Me emocionan. Y se trata de androides. Muñecos. Son sin embargo unos seres, creados por el hombre, que son capaces de sentir cosas más bellas y buenas que muchos seres "humanos". Curiosa paradoja de nosotros mismos. O no.

Os recomendaría que viérais muchos de los cortometrajes de Whittington, pero en especial os diría que os quedéis con tres de ellos, y en este orden además, jeje:

Android 207: http://www.orangecorefilms.com/android207.html (su estética es maravillosa)
Table Kid Kirby: http://www.orangecorefilms.com/tablekidkirby.html (son varios vídeos)
L19: Disposed: http://www.orangecorefilms.com/l19disposed.html


Me encantaría leer vuestras opiniones, una vez que hayáis visto estas cositas. Merecen la pena, de veras.


PD: Por una vez me gusta un robot que no es un gran cabrón. Bender, cariño, espero sepas perdonarme. De todos modos siempre te seré fiel. El amor es tal que asín.

lunes, 16 de noviembre de 2009

NO QUIERO MI ESPACIO

No era mi pretensión, os aseguro, escribir una nueva entrada tan rápidamente. Pero casualmente, se ha puesto a sonar en mi Itunes "All you need is love" y, unido a lo que quiero contar, ha hecho que me hierva la sangre.

Veréis. He entrado en mi cuenta de myspace. Y he entrado para cancelarla. Pero no es la primera vez que entro para salir. Es la cuarta vez que mando mi petición de cancelación y siempre me dice que "en breves" recibiré "un email con las indicaciones a seguir para cancelar la cuenta". La primera vez me lo creí, e idiota de mí, pensé que la llegada de ese mail sería tan fulminante como cuando te registras en cualquier lugar internetil, myspace incluído. Pero obviamente no me lo iban a poner fácil, no. El mail no llegaba, así que una semana después pensé que quizá ya habían cancelado la cuenta, sin mayores complicaciones. Entré para averiguar cómo iba el tema y... ahí seguía mi maispeis intacto. Volví a pedir la dichosa cancelación. Y otra vez. Y con el de hoy ya van, con seguridad, cuatro intento fallidos de matar mi myspace.

Estoy harta. Internet, la tierra prometida donde todo es posible, la América del sueño americano, es un lugar que te atrapa fácilmente, ofreciéndote toda clase de comodidades, ventajas y facilidades para entrar. Es una secta a la que apetece esclavizarse, pero cuando decides salir... es prácticamente imposible. Me pregunto cuánto tiempo real se necesitará para mandar a tomar por saco una cuenta de cualquier sitio web. Y me pregunto también cuánto tiempo real necesitaré yo para deshacerme del PUTO myspace.

Y la pregunta es...

¿Por qué lo ponen tan difícil? Quiero decir; tanto les supone una cuenta más o una menos? Por dios, si con total seguridad siempre habrá adolescentes con ganas de colgar sus fotos sacadas desde la altura perfecta para que sus tetas luzcan en todo su esplendor dispuestas a estrenar sus relucientes maispeises. No lo comprendo. Quiero que me suelten. Ya usé myspace, me vino bien, me cansé, me aburrí, no lo quiero más. Quiero que me suelten de una vez.

¿Por qué? Quien sepa, que hable.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ni siquiera el Purgatorio

Estoy un poco atascadilla. Tengo que terminar un artículo para un proyecto y estoy en blanco. Quizá por el hecho de que debe ser muy breve no consigo dar con las palabras que resuman todo. Y me aburro. Y tengo sueño. Y no quiero hacer lo que tengo que hacer. Quisiera soñar un poquillo, pero no hay nada en el horizonte que me provoque el estado mental/emocional que necesito. Eso sí. He caído en un gran agujero. Llevo media tarde escuchando, una y otra vez, tres cancioncillas de cierto quinteto de los noventa que no nombraré aquí. Quedaría demasiado mal. Pero la realidad es esta: no dejo de escuchar esas tonadillas tontas y fáciles. Y cuando empiezo así, dejándome llevar por gilipolleces como esa, y divagando por lugares no recomendables... sé cómo puedo acabar. Y si aliñas toda esta estupidez con un poco de, mmm... Jacques Brel, y Scott Walker, y Jaques Brel, y Scott, y el grupete ese... pues definitivamente no te has ganado ni siquiera el Purgatorio. Pero me siento así. Tontica.

Me repatean particularmente estos días que cuentas con algo de tiempo, y cosas pendientes que generalmente te apetece hacer (o debes hacer) y que sin embargo, no tienes ninguna gana de hacer, excepto cuando no cuentas con nada de tiempo. Me explico. Durante la semana, entre clase, deberes y curro, apenas tengo tiempo para chorradas (aunque siempre mantengo un margencillo para mis cosicas). Ocurre que a veces tengo tiempo; por ejemplo, una tarde entera sin compromisos, libre por entero para mí. Entonces me digo: por fin, ahora termino las letras de aquéllas canciones... y luego dibujaré aquéllo que me rondaba por la cabeza, o continuaré escribiendo aquél relato que tanto me estaba emocionando... pero no me apetece. Son, precisamente, los días que tengo tiempo, los días que me apetece perderlo. Y es una gran putada. Como una broma cruel y despiadada. Esos días sólo quiero quedar con mis amigas, o ver la tele, o pasarme horas leyendo, o mirando al techo pensando en cómo construir una cámara que sea réflex sin serlo... Y en cambio, cuando me he acostado a las dos de la mañana por terminar alguna cosa y me tengo que levantar a las siete, no puedo dormir. Me quedo leyendo hasta tarde y encima me levanto y me pongo a dibujar estupideces. Joder, debería estar durmiendo. Y me pongo a pensar en lo genial que sería atreverme a decirle algo a aquél camarero de ojos oceánicos y me invento todo un romance. En fin. Y me pregunto... pierdo el tiempo o lo gano? La verdad es que no termino de entender estos mecanismos.

Siempre me falta tiempo, para perderlo y para ganarlo. Y para perder, y para ganar.



Estoy un poco atascadilla.



PD: Por cierto, vaya sosez de post. Creedme que he dudado horrores en publicarlo. El título prometía más, verdad? En fin; otro día hablaré sobre el Purgatorio. Qué dolor de corazón!

martes, 27 de octubre de 2009

ILUSTRADORES POLACOS

Y, sobre todo, el ilustrador, dibujante, fotógrafo y diseñador gráfico lituano Stasys Eidrigevicius. Las atmósferas que este hombre recrea me dejan sin palabras.

http://www.polishposter.com/

El año pasado ya me quedé boquiabierta con algunos de los ejemplos de ilustradores polacos que aparecen en la web de la que dejo un link, pero las sensaciones que me provocan los dibujos de este hombre son casi narcóticas!! Hay en los mundos que crea una especie de ingenuidad casi infantil flotando, pero todo tiene a la vez un tinte solemne y desvalido... no sé, me tienen encandilada sus obras, sobre todo sus posters. Aunque obviamente también son dignísimos de mención el resto de artistas que aparecen en la web. Por ejemplo, Wieslaw Walkuski. Es tan tenebroso, terrorífico, tétrico... ttttt... agobiante y extraño, por cambiar de letra, aunque también luminoso, poético y romántico. Pero es que Stasys... tiene ese "algo" que me perturba y fascina!

Tras fiebre, cama y otras cosas que no mencionaré porque soy una señorita, vuelvo. I´m on the road again, supongo. Vicisitudes of fate, que diría alguno...

viernes, 9 de octubre de 2009

Hoy 27.

Remember, remember, the 9th of October: mission of truth and love; I know of no reason why this sacred and powerful mission should ever... be... forgot.


Hoy 27.


Pequeño-gran homenaje, siempre verdadero.


VI VERI VENIVERSUM VIVUS VICI.

jueves, 24 de septiembre de 2009

¡No se ha de dormir en mi mano la espada!

Mañana comienzo las clases de nuevo... 2º de Gráfica Publicitaria... tras eso quedarán las prácticas en verano de 2010 y el Proyecto Final en el tercer año, y mientras tanto (si puedo con todo), terminaré las que me quedan de Periodismo. ¡¡¡Argh!!! Estoy emocionada y asustada a partes iguales. Pero por encima de todo estoy muy motivada; con más ganas que nunca de aprender y esforzarme. Está siendo muy especial e importante todo este proceso... supone un cambio profundo en mí en muchos aspectos. Me siento como dentro de un círculo preciso y precioso que se está cerrando, por fin, para abrirse definitivamente y para siempre.

Hablando de círculos perfectos... acabo de hacer un bizcocho que te cagas para inaugurar esta nueva etapa de regeneración y desafío. Toma ya!! Canela sin veneno.


S.


PD: Y si tengo tiempo, voy a dibujar, dibujar y dibujar... e intentar acercarme a aquél sueño que tenía de pequeña. V, te sigo en tu funeral vikingo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

VENUS EN ARCADIA

Realmente está Venus en Arcadia? Veo una cara que me mira y realmente cree que yo lo estoy mirando. Se puede observar y ser observado al mismo tiempo, con el grado de inconsciencia necesario para poder transmitir belleza? Por qué? Ahora? O mejor hubiera sido ayer? Y por qué de pronto es la hora que es, si podría ser cualquier otra? He de suponer que yo soy yo porque los límites de mi carne frente a la realidad así lo confirman, pero de mi piel hacia adentro no estoy tan segura de quién está ahí... lo cierto es que aparece frente a mí un oscuro universo lleno de pequeñas y vibrantes estrellitas, y es bonito y apetecible, pero... pero no hay pero. Ése es el lugar. La verdad hay que decirla: soy un ente perfecto porque nadie puede juzgarme, ni darme o quitarme. Supongo que esto significa que el espejo refleja, pero el mundo que acarrea en su interior es mucho más poderoso y refulgente que su pulida superficie mentirosa. Simplemente perfecto, en su pretendida imagen cien por cien verídica y en su milimétrica "otra vida". El egoísmo mágico de quien proporciona felicidad tangible. Y una vez más me pregunto cómo es posible ser, estar y parecer al mismo tiempo. Según me han dicho, en Arcadia luce el sol a la vez que Venus sigue brillando, dentro y fuera.

jueves, 13 de agosto de 2009

VACACIONES

Hace muchísimo tiempo que no sufro de vacaciones, esa terrible enfermedad que ataca al ser humano generalmente durante el mes de agosto, pero... percibo todos los síntomas... ansia de descanso, ganas de naturaleza, tiempo libre, no tener que ir a trabajar... algo raro me está ocurriendo... y ha empezado hoy; de hecho ha empezado ahora mismo!!!


Por fin! Por fin estoy oficialmente de vacaciones, y no vuelvo hasta el día 30. Entonemos alabanzas.  

miércoles, 29 de julio de 2009

La belleza no debería perecer; el valor no debería perecer

Hace más de un mes que no escribo. Durante este tiempo me he planteado contar algunas cosas que me han resultado interesantes, pero no sé cómo han ido perdiendo la gracia y la frescura, esa que provoca que abras tu bloguillo y te pongas a escribir desesperadamente. Así que básicamente se trata de que se me habían quitado las ganas de contar nada, de opinar sobre nada o de decir absolutamente nada. Y por qué me pongo a escribir ahora, dirán mis miles de seguidores/lectores. Pues bien, porque me he acordado de una cosa que sí me tiene fascinada desde hace mucho mucho tiempo y ahora la he recordado. Y por qué no compartirla con mis fans? Para eso estoy aquí, queridos míos. 

Veréis. Siempre he sido una romanticona, pero no de las ñoñas, sino de las de abismos y profundidades, absurdamente trágica y melancólica (insisto, debí nacer en el siglo XIX). Disney ha sabido recrear el romanticismo tontorrón, pero el romanticismo doloroso, de sacrificio y de nostalgia jamás curada... ese romanticismo siempre se le ha atascado al señor Walt. Y es lógico. Sus versiones de cuentos clásicos iban dirigidos a los niños, y en su mundo de fantasía y magia no podían caber los finales duros, tristes y sin felicidad. El único cuento que, a mi modo de ver, ha rozado por un momento esa belleza sublime de la pérdida, de la redención y de la transformación sobrenatural pero totalmente infeliz ha sido La Bella y la Bestia. Y tampoco. Necesariamente, todo ha de acabar bien. Y eso en parte es bueno. Pero cuando una es más adulta y va comprendiendo ciertos mecanismos vitales y la realidad comienza a golpear duro, entiendes que los cuentos no tienen por qué dejar de serlo, porque la magia está ahí, pero no siempre lleva a la dicha infinita. Y algunas de nosotras (ejem) sabemos que se puede encontrar una gran belleza en cierta clase de tristeza, aunque suene a ridícula estupidez. El caso es que las personas que mantenemos el romanticismo, pero lo hemos teñido de realidad, hemos profundizado en él y lo hemos embellecido a base de unos cuantos tonos de negro, plateado y blanco, en lugar de rosa y dorado.

Por todo esto personalmente agradezco haber encontrado una versión completamente FIEL al cuento real de La Pequeña Sirena, tan fascinante, misterioso, bello y conmovedor. Se trata de una obra que hicieron unos dibujantes rusos en los años 60. Es una lástima pero no tengo más información, aunque sí creo que realizaron algunas versiones más de clásicos de los Grimm y de Andersen. Éste en cuestión, el de la Sirena, es maravilloso; simplemente perfecto, en su desgracia y en su gracia. Merece muchísimo la pena que lo veáis, quienes tenéis el alma un poco p´allá (y eso no se cura nunca, por suerte). El vídeo consta de tres partes. Y quiero hacer una especialísima mención a dos cosas: los dibujos, de una delicadeza y finura tremendos, tan teatrales y etéreos, casi místicos y dotados de un aura de inocencia increíbles, y la melodía que canta la Sirena cuando rescata al Príncipe del naufragio. Esa extraña y sobrecogedora melodía, tan dulce pero llena de amargos presagios... 

http://www.youtube.com/watch?v=2jaCL0h_TOI

En fin; este cuento me llega al corazón porque evoca a la perfección ese halo que tiene Rusia, entre triste, emotivo y desgarrador. No sé por qué lo identifico con esas sensaciones, pero así es... 

Bueno, disfrutad de la auténtica historia de La Pequeña Sirena.


S.

miércoles, 17 de junio de 2009

ARCHIBALD ALEXANDER LEACH

Señor Archie:

He caído rendida a sus pies. Ahora que lo conozco a usted en profundidad puedo decir que, si bien antes me sacaba la sonrisita, ahora lo adoro.

Cuide ese hoyuelo y no esconda su gran cuello nunca más. ¡Ah! Y continúe derritiendo corazones con sus dulces hazel eyes.


PD: Y tenga cuidado con las acrobacias, por favor.

jueves, 4 de junio de 2009

No voy a ir

El verano siempre trae sensaciones raras... pequeños despertares, grandes dudas... llega de forma furtiva y te susurra cosas que no quieres oír. El calor te hace languidecer, todo cobra sentido pero de forma vaga e inconexa, un tanto onírica; como un recuerdo mil veces repetido y saboreado... un déjà-vu. Y esa lluvia que no se decide, ese suelo empolvado y superficialmente humedecido; el olor a ciudad mojada sin previo aviso. Esos nervios que se aferran a toda tu musculatura pero no terminan de hacerse reales. No sé qué falla, pero sin duda el verano trae sensaciones raras.

Esta es la frase de la noche: no voy a ir. Aún no sé por qué.

miércoles, 3 de junio de 2009

Welcome... to the world of Tomorrow!



Me gusta escribir en el día de hoy. Es 3.

Están sonando de fondo los magníficos South San Gabriel ("The Carlton Chronicles: Not Until the Operation´s Through")... y estas profundas y calmadas melodías me llevan a recordar. Cómo empezó todo y cómo está acabando esta primera etapa. El cambio que se puede hacer, ver cómo la ilusión se transforma, cómo se pasa del miedo y la inquietud a la satisfacción y la tranquilidad. Es maravilloso. Miro atrás y entiendo; entiendo el tiempo que he necesitado para comprender el tiempo que necesito. Y la motivación, que no siempre nace sola, sino que a veces necesita resurgir del esfuerzo. Valorar cada momento invertido, entender por qué aprovechar las pausas hizo que desaprovechara el tiempo que tenía... creo que por fin comienzo a ambicionar algunas cosas, aunque aún no sepa dónde me he metido, ni por supuesto dónde más habré de meterme... pero la cuestión es que me siento bien. Así de simple. Me siento bien en mi piel.

Y ahora leo lo que acabo de escribir y me doy cuenta de que se puede interpretar de varios modos. Quien quiera ver una cosa, la verá. Si afino la vista y me abstraigo del significado real que he puesto en mis palabras, percibo que también hablan de otra cosa; quizá inconscientemente no puedo desprenderme del todo... pero es que es curioso, porque si te fijas bien, comprendes que todo está relacionado. Nunca hacemos ni decimos nada en vano, siempre hay un significado detrás. Cada mirada, cada gesto tonto, cada estupidez (o no) que soltamos. Nos creemos muy naturales y auténticos, muy espontáneos. Pero el control que auto-ejercemos sobre nosotros mismos es algo de lo que es muy difícil escapar. Por suerte hay cosas inevitables, e incluso para atisbar y poder entender el porqué de esas cosas hace falta tiempo, como para lo que antes comentaba. Y audacia e impulso... y un ligero temblor en el corazón.


Y ahora voy a estudiar, que mañana tengo recuperación de Tipografía.
Y sí, ha sido un gran año; estudiantil y en otros muchos sentidos.



PD: Ah. Lo mío con Futurama... ya no se trata de ser fan, simplemente. No. Ya soy lo que se dice, una friki absoluta. Ya no es cuestión de tener todas las pelis, la serie completa, el muñeco de Bender... ahora es también el hecho de haberme comprado un poster (que enmarcaré en un marco dorado, símbolo de barroquismo total) y un llaverito de Bender. La cosa va mal, muy mal. Aunque claro, también estuve ayer a punto de comprarme una camisetita del Barça tamaño niño (ideal para mua). En fin!

miércoles, 27 de mayo de 2009

TOOOOOMA TRIPLETE!!!

HEMOS GANAAAADO, HEMOS GANAAADO, OE OE OEEEE!! VISCA BARÇA!!! 

LA COPA, LA LIGA Y LA CHAMPIONS!! SE PODÍA O NO?, YES WE CAN!!


Y ahora, a seguir haciendo comentarios de imagen para Teoría de la Imagen Gráfica, hala.



FORÇA BARÇA!!

domingo, 17 de mayo de 2009

Y AHORA...

LA LIGA. Y EL 27...

miércoles, 13 de mayo de 2009

VISCA BARÇA!!!

Hoy es un día feliz; hemos ganado la Copa del Rey, y espero que sea la primera de otras importantísimas copitas que podemos ganar en los próximos quince días!! Ains! y es un día aún más feliz porque ya se encuentra en mi poder la nueva (y última) peli de Futurama: "Hacia la verde inmensidad"!! 

Hacia la blaugrana inmensidad!!! YEEEJA!! YEEEEEJA!!! YEEEEEEEEEEEEEEEEJA!!!!


Buenas noches.

domingo, 10 de mayo de 2009

Simplemente algo interesante

De hecho, muy interesante. Y es que, ¡qué bonitos son los domingos; el clasicismo más alegre!

Usted, señor (porque ha de serlo), sentado en el (convenientemente decadente) butacón, con el café, el puro, la copa y el oloroso y tembloroso periódico en la mano. Nunca el hecho de tocar, toquitear, arrugar, aprisionar, acariciar, rasgar y aspirar fue tan erótico, así que no perdamos este gran instante de onanismo intelectual.




Sara, arrodillada y humillada ante los bombones de chocolate blanco con virutas de praliné.




El momento se acerca:


viernes, 1 de mayo de 2009

Bartolito


Madre mía, hacía eones que no escribía. Pero supongo que es el momento. 

No ha pasado nada especialmente reseñable en estas dos semanas de sequía bloguera: mismos nervios y satisfacciones, mismos hartazgos y dulces momentos, mismos laberintos mentales con/sin salida, mismas estupideces y descojonamientos. Pues eso, el ritual de lo habitual, creo. Entre todas las mierdecillas y maravillas cotidianas, dos cosas han llamado mi atención como para al menos escribir aquí. Sobre una he decidido no escribir. Sobre la otra sí. Porque además tiene la validez histórica del momento presente y puramente propio. Vamos, que no es nada que tenga que ver con mi mundo exterior sino con el interior, y además es algo gracioso si lo piensas bien. Procedo.

El caso es que tengo aquí a mi vera a Bartolito (y tiene toda la pinta de querer abrazarme, aunque no creo que lo consiga).Ya sabéis: es pequeñín, de madera y sus articulaciones andan un poco pochas y desengrasadas. Abuso de él a veces, cuando me da por copiar sus posturas y dibujarlas, o simplemente cuando lo imagino llevando su propia vida... dirigiéndose hacia algún lugar que sólo él sabe... corriendo, andando, saltando... A veces simplemente está sentado y me mira tranquilamente mientras escribo o le doy al lápiz, o incluso cuando grabo alguna cancioncilla. Y es que Bartolito es realmente observador. Es un ser apacible y dulce, aunque un poco callado y timidín. Como decía, a veces me da por abusar de su confianza y me imagino viajando con él, escogiendo yo misma los paisajes a recorrer y la forma de hacerlo, y entonces muevo sus delicados bracitos, piernas y cabeza de modo que esté preparado para seguirme. Varios días a la semana Bartolito cambia de posición y se libera de la anterior; listo para enfrentarse a lo que haya de venir. A veces parece que está huyendo. Otras simplemente pasea relajado y gira su cabecita mirándome, casi como si todo sonriente me guiñase un ojo y me lanzase un "guapa!" al pasar. Otras veces está de pie, cabizbajo, sin decidir hacia dónde ir o sin saber si siquiera merece la pena moverse. Me gusta cuando lo veo corriendo, rítmicamente, luchando por llegar al final.

Y hasta ahora no me había dado cuenta. Hasta hace un rato no me había dado cuenta de que Bartolito soy yo. Cuando yo me detengo en la vida, articulo a Bartolito de forma que parece suspendido en el tiempo, como si de verdad fuera un muñeco sin vida. Cuando me siento fuerte y tengo el valor para hacer lo que tengo que hacer, Bartolito corre, o anda decidido. Si estoy triste y melancólica, muevo a Bartolito y parece que está sentadito y llora. Y no me había dado cuenta. 

Es así de simple: me expreso de la mejor manera que puedo/sé. No siempre es la mejor pero procuro ser siempre verdadera en todo lo que hago y digo. Ocurre que muchas veces necesito expresar cosas pero ni yo misma me doy cuenta de esa necesidad. Y creo que uso a Bartolito para que lo haga por mí. Se convierte en un espejo de mí misma, y lo que yo no me he atrevido a exteriorizar o a hacer evidente a los demás lo muestro a través de la actitud corporal de Bartolito. Y la verdad es que, ahora que lo sé, es fascinante darme cuenta de cómo trabaja el subconsciente. Ahora comprendo. Lo veo y puedo indagar en esa pequeña cosa que se ha quedado atascada en mi corazón y que he plasmado en Bartolito. Ahora lo miro y parece que quiere abrazar a alguien (aunque a decir verdad también parece dispuesto a realizar una pirueta de ballet). Es realmente curioso y enternecedor. 

Pues eso.


S.

miércoles, 15 de abril de 2009

Amoríos en papel reciclado

Últimamente me da por leer historias estúpidas. De esas escritas por y para chicas. De esas escritas en libros con tapas rosas, fucsias o verde lima. De esas en las que casi todo son estereotipos, bien avenidos o no. No quiero entrar en si se trata de buena o mala literatura, porque obviamente no lo es, pero no por ello deja de serme útil. Soy práctica, y en estos momentos necesito este tipo de cuentos de hadas tontos para tontas-listas.

Toda mi vida me ha encantado leer; seguramente, junto a cantar, ha sido una de las aficiones que con más entusiasmo he practicado. No sigo a autores en concreto, ni clásicos ni modernos; funciono de modo más bien disperso e intuitivo. Entre el Koldo Mitxelena, Fnac, la biblioteca de mi casa y la de mi abuelo tengo un océano de libros aún por descubrir: novelitas viejísimas de papeles cenicientos y aromáticos, y un montón de libros de temática variada y extraña que desde pequeña me ha fascinado. Recuerdo pasarme horas entre los libros de mi abuelo, buscando, encontrando, topándome con sorpresas inesperadas entre toda clase de historias maravillosas. Y aún mantengo (y espero mantener toda mi vida) ese ritual de búsqueda, a veces consciente y a veces inconsciente, que me lleva a obras de filosofía, de espionaje, de metafísica, de humor inglés, de amores profundos y dramáticos, de medicina, de tensión mental y emocional, etc. Cualquier libro que me llame la atención, bien sea por el título, por la sinopsis, por su arrugada y reseca tapa... lo que quiero decir es que me gusta sorprenderme, siempre.

Pero últimamente sé lo que quiero y sé cómo encontrarlo (al menos en cuanto a temática novelesca). Y quiero historias bobaliconas. De esas que las chicas protagonistas nunca son bellezones pero sí monísimas y con toneladas de encanto, pero que son unas románticas empedernidas y que, aunque nunca tienen suerte con los hombres, al final siempre encuentran al Príncipe Azul. Es cierto que estoy consiguiendo (o eso creo) desembarazarme del ideal Disney, por mucho que me sigan enterneciendo y maravillando sus viejas pelis, pero estoy posando ligeramente los pies en la tierra en cuanto a ideales se refiere. Sin embargo, en este tipo de novelitas "rosa", al final todo sale bien, y el Príncipe y la Princesa son felices y comen perdices, por siempre jamás, amén. Y qué tiene de malo? nada.

Basta de poses intelectualoides. Me gusta leer, ver, escuchar, y saborear calidad, pero no voy a ocultar que estas historietas me sacan la lagrimita y me hacen reír, qué leches. Y si algo te toca el corazón, aunque sea levemente, no es malo, no? Por eso reivindico este tipo de libros. No son ninguna obra de arte, pero sirven. Creo que hay que ser libre y consciente de una misma, al menos en la medida de lo posible. Si alguien se burla de tí por leer estas gilipolleces de vez en cuando (aún no me ha pasado, pero si me ocurre... que se agarren), por considerarlas no aptas para mentes inteligentes... me parece una soberana tontería.
Quiero mi margen romanticón y tontorrón, y punto.

A todo esto... Jane Austen se podría considerar chick-lit?


Juraría que quería escribir algo más, pero no recuerdo... Ah! en cuanto a esas novelillas... PARA NADA estoy hablando de esas en las que en las portadas aparecen hombres musculadísimos y ellas llevan vestidos decimonónicos nada recatados... en esas aún no he caído. Aún!!

Me dejo algo...


lunes, 6 de abril de 2009

CCR, que no C3PO, aunque también.

Qué demonios tendrán Creedence Clearwater Revival (dejemos de llamarlos "la Creedence", por favor) que te transmiten este asqueroso buenrollismo? Seguramente la energía redneck. Por otra parte, decir que habitualmente carezco de energía, así que si definitivamente quiero ponerme manos a la obra con algo que me cueste esfuerzo, qué mejor que estos muchachos para sentirme útil. Claro que los cabrones también saben cómo pillar desprevenido a alguien preguntándole quién detendrá la lluvia. Cómo te quedas entonces? de nuevo sin ninguna clase de energía; absolutamente vacía. En fin. Acabo de recibir la llamada telefónica de un robot, y juro que no era mi amado Bender. Repentinamente ha sonado el teléfono, me he levantado resueltamente, y con la voz tan agradable que me caracteriza, he respondido:

-Sí?

En ese momento, una singular voz masculina, que obviamente no salía de la garganta de un hombre sino de algún aparatejo a pilas, ha comenzado a hablarme sobre la oferta de mi vida; aquéllo que por lo visto he estado esperando durante toda mi existencia y sin duda él sabe de qué se trata:

-Por fin ha llegado el momento en el que blablabla.....

Le he colgado. Me ha dado penica el muchacho robótico, pero lo nuestro no era posible.


A qué viene todo esto, me pregunto; te preguntas. Obviamente, pedazo de imbécil, a nada.



En fin, sigamos regularizando logotipos e imagotipos.

jueves, 2 de abril de 2009

Creo que no tengo título para ésto

Buenas tardes, queridos niños y niñas!!

Sólo me dirijo a vosotros para comunicaros algo muy, muy importante:

Me dispongo a secarme la cabellera y, acto seguido, tragarme unos cuantos capítulos de Futurama (portzierto, 13 de mayo a la venta la última peli futurámica y rumores de una sexta temporada en serie!!). Di que sí.

Y esto me lleva a otear el horizonte de un par de semanas sin ir a clase, con tiempo para mis deberes, pero también para mis derechos... y con un mini-viaje a Estella... maravilloso!

Echaré de menos algunas cosas mientras tanto, pero seguro que descubriré otras, mientras tanto también. Contemplar la calma y... temblar!

Ah, por cierto... dos personitas encantadoras me pidieron el otro día que escribiese un relato de desamor. Bien, hurgando entre relatillos que escribí hace casi diez años he encontrado uno que me toca particularmente la fibra. Lo que no sé muy bien es si es un relato de desamor o más bien de amor... pero bueno. Chicas, sabéis quiénes sois. Esto va para vosotras (recordad que era una tienna adolescente cuando lo escribí, no me juzguéis!):


Last Goodbye


Pretendieron que la cosa funcionara. De verdad que lo intentaron, pero... era evidente que algo así no podía continuar. Raollo Pompadour deseaba volver a su país, Transilvania, y ella, Anastassia Fissenbaüm, debía volver a Alemania. Las cosas estuvieron muy jodidas para ellos durante mucho tiempo. Era muy duro soportar un amor tan inmenso entre dos personas que ni siquiera llegaron a conocerse. Siempre se cruzaban cerca de la plaza Agheller, en Varsovia, y algunas otras veces en la calle donde está la librería de techos verdes que sin duda tú conoces... ¿cómo se llamaba aquélla calle? Tenía un nombre tan bonito...¡¡Calle Travanne!! Sí, así se llamaba la calle.

Los pobres Raollo y Anastassia eran tan delicados y etéreos... siempre se encontraban en esos lugares, y se reconocían, y se miraban, y se adoraban y se amaban. Y no era ningún secreto para ellos. Lo aceptaban. Pero es que eran demasiado etéreos, por eso nunca se dijeron nada, jamás hablaron, jamás pretendieron que la realidad fuera real. Visto desde fuera, eran dos extraños que se cruzaban por la calle, (siempre en los mismos lugares y a las mismas horas), y se miraban al pasar. Nada más. Pero su amor se acrecentaba día a día, y duró muchos años. El lenguaje de ellos era insonoro, blando y dulce... nadie oía su amor ni sus suspiros... Cinco años pasaron encontrándose y mirándose todos los días, sabiéndose el uno al otro, conociendo cada cambio y rumor en las voces que nunca se oyeron. Percibiendo cada mirada desmayada y arrebatada... así se amaban... como dos idiotas.

Así, durante cinco años pretendieron que la cosa funcionara. Jamás se tocaron o se sintieron físicamente, a pesar de amar con profundidad cada partícula de vida y alma de cada uno de ellos. Las tardes umbrías en el parque de la plaza Agheller, con las sombras refrescando el dolor y cobardía que sentían, con el rumor de los árboles que comprendían su amor sereno y callado... Así pasaron cinco años de sus vidas. Pero Raollo quería volver a Transilvania, y Anastassia no podía permanecer durante más tiempo en Varsovia; motivos personales inútiles se empeñaban en alejarla de Raollo.

Un día, aún lo recuerdo bien... fue la mañana de un 18 de noviembre. La calle Travanne estaba desierta, olía a lluvia y humedad. Los guijarros del suelo empedrado estaban húmedos y brillaban dulcemente, aportando esperanza a la tristeza de la calle vacía y sombría. Anastassia sabía que vería a Raollo; siempre lo sentía. Apasionadamente, cogió aire y se sintió viva sabiendo que iba a contemplar una vez más los ojos de su amado. Aguzó la vista para fijarse en él desde lejos, para no perder ni un minuto de su presencia. Pero no lo vio. Se detuvo en la calle y miró a todos lados. Pero él no estaba. Él ya se había ido.

La tarde de ese mismo día, aún más sombría y desolada que la mañana, Raollo se sentía mal, pero la posibilidad de ver a Anastassia lo llenaba de alegría. Echó a andar por la calle Travanne saboreando la oscuridad de la calle que dentro de unos momentos se iluminaría con la presencia de ella. El tonto no podía evitar sonreír. Pero, como habrás sabido, ella no apareció. Para Raollo, la oscuridad se hizo casi absoluta en la calle y en su corazón. Anastassia no estaba; se había ido.

Pero en realidad, ni Anastassia se había marchado a Alemania ni Raollo a Transilvania. Ella pensó que él se había ido definitivamente, y cambió su vida y su rumbo por las calles de Varsovia. Y él pensó exactamente lo mismo. Ninguno fue capaz de irse, aun a sabiendas de que nunca se volverían a encontrar. Pero tenían la absurda esperanza de volver a cruzarse en el parque de la plaza Agheller o en la vieja calle Travanne. Pero ambos habían cambiado de camino y sus vidas habían girado hacia otras realidades.

Durante años no volvieron a verse pero tampoco dejaron de amarse. Envejecieron, sus cabellos se hicieron de plata, sus miradas se velaron y superaron miedos. Sus corazones se arrugaron y sus rostros también, pero la plaza Agheller y la calle Travanne seguían rejuveneciéndolos con el recuerdo de su amor estúpido.

Sin embargo, un día de invierno en el que todo estaba nevado, la nieve tapaba los ruidos, los llantos y también las alegrías, lo llenaba todo de un silencio mágico que no somos capaces de entender. La pureza inundaba las calles y calmaba los corazones desdichados. Ese día fue el día que se reencontraron. Anastassia había pensado durante años que si volvía a ver a Raollo, le hablaría. Él pensaba lo mismo. Se cruzaron en el parque en el que al pasar, continuaban soñando con una juventud que nunca vivieron. En el momento de cruzarse, no se reconocieron hasta que sus miradas viejas y desoladas se vieron y despertaron, y súbitamente fue como si los dos volvieran a respirar. Hubo un arrebato violento en sus miradas y sus cuerpos se crisparon. Ambos se detuvieron entre el silencio de los árboles nevados que los contemplaban. Ella quería hablarle a él; él a ella. Pasaron unos segundos y ella esperó a que él le hablara. Él esperó lo mismo. Necesitaban explicarse y entender su vejez y su amor dolorido e irrealizado. Pero cuando ella trató de articular un sonido para él, se dio cuenta de que no podía hablar. Ningún sonido salía de su garganta, y su boca ni siquiera había podido abrirse. A él le ocurrió lo mismo. Su vejez y silencio continuado durante años de existencia y amor callado, les habían apagado las voces. Sus ojos se cerraron y sin derramar ninguna lágrima, se miraron por última vez, una eterna y última vez, y cada uno echó a andar hacia sus acabadas vidas.


Yo misma publiqué sus esquelas el día 20 de febrero, dos días después de su último encuentro en vida. Yo nunca los conocí, aunque siempre supe su historia trágica y absurda. Ellos nunca se hablaron ni compartieron su vida terrena, aunque siempre se amaron.


"El silencio mata".


sábado, 28 de marzo de 2009

Hold on, hold on.


Qué difícil resulta encontrar a alguien que te llegue al alma. Nos rodean montones de personas interesantes, que nos hacen reír, que nos hacen pensar, que nos sacan lo mejor de nosotros... y por otra parte esos pequeños cabrones con los que te topas de vez en cuando que sacan lo peor de tí y te despiertan todo tipo de emociones psicópatas (muy útiles sin embargo para aprender a sobrevivir)... pero que alguien te atraviese, te atrape por completo y te clave su flecha para siempre... es jodidamente difícil. Y no me refiero al enamoramiento, al AMOR con mayúsculas. Ése es otro tema (demasiado difícil para mí). Hablo de cuando das con alguien con quien se establece una conexión llamémosla "mística"... un extraño punto de encuentro total entre dos personas en las que fluye la comprensión de modo absoluto; se trata de una especie de unión fraternal maravillosamente surrealista y sin embargo verdadera y cierta. Me pasó hace unos cuantos años con una amiga/hermana y de nuevo me está sucediendo en pequeñas dosis con nuevas personas que entran en mi vida. Y es realmente cierto que ocurre cuando no lo esperas.

Es como contemplarse en pequeños espejitos en los que te puedes observar detenidamente, aprendiendo siempre cosas nuevas sobre tí. Es realmente revelador, porque casi sin querer te haces consciente de tí misma y es precisamente en ese momento cuando "el otro" se hace consciente de sí mismo. Curioso. Es probablemente un tipo de relación que no calará en el tiempo; no será duradera ni te atará, y sin embargo siempre te proporcionará algunos instantes "clave" memorables; un destello de lucidez que te acompañará durante el resto del día, y por qué no, de tu vida.

Aprender a entregarse... resulta tan difícil y aterrador...y sin embargo no puedo ni quiero hacer otra cosa. Ser YO en cada momento. Para mí y para... quien tenga que ser. Porque algún día, espero, esa conexión se convertirá en algo distinto...








Cuánta razón tenía Neko Case cuando decía aquéllo de "the most tender place in my heart is for strangers"...

domingo, 22 de marzo de 2009

Por fín.


Ya he llegado. Por fín. Me ha costado lo mío, pero ya
estoy aquí.



En Arcadia.