miércoles, 28 de abril de 2010

ESTRÉS

Estoy preocupada. Preocupada por muchas cosas que dependen única y exclusivamente de mí; de mi tiempo, dedicación, esfuerzo y saber hacer. Y son mucha cosas a la vez. No es nada que no haya hecho antes o que no pueda hacer, pero me aterran las posibilidades de no llegar. De no acabar bien, de no zanjar las cosas que empiezo de forma satisfactoria. Tengo muchas cosas pendientes y necesito encontrar dentro de mí la calma para hacerlas sin agobios. Porque me conozco, y hoy por hoy soy incapaz de no ponerme nerviosa.

Sueño (e incluso tengo pesadillas) con deberes, trabajos, exámenes... amén del trabajo y otros proyectos importantes en los que deseo participar; e incluso de cosas nuevas que reclaman que comience y que esté al cien por cien en la vida. Y yo quiero hacer todo lo que quiero hacer, pero me acongoja tanto no estar ahí, dándolo todo... no poder estar ahí. Y lo jodido es cuando pasa a lo físico. Suelo tener un nudo en la garganta que se puede deshacer de pronto o quedarse ahí hasta que recuerdo que lo llevo conmigo y entonces estalla con un mínimo detalle. Últimamente tengo el pecho encogido, literalmente, y un ladrillo por cuello. Y tampoco tengo hambre. No sé si realmente esto forma parte de madurar o de aquéllo que llaman estrés. Quizá es que estoy enamorada del hecho de trabajar bajo presión. El caso es que me encanta todo lo que hago, pero creo que no sé tomármelo con calma, otorgarle a cada cosa su propio ritmo. Y, aunque parezca mentira, todo esto de lo que hablo forma parte de la Alegría con la que vivo, sólo que en ocasiones (estas últimas semanas además de las que me quedan) todo se vuelve un pelín dramático. Pero es que no puedo evitarlo.

Ójala supiera tomarme las cosas de forma más relajada y pausada. Tampoco me gusta de todo esto el poco tiempo que tengo para el resto de mi vida. Hace mucho que no estoy con mis amigas, me pierdo cosas por el camino, y dejo de hacer cosas que deseo terriblemente llevar a cabo. Sé que es algo procesual y que todo el esfuerzo pronto derivará en otras historias, pero a día de hoy mi cabeza siempre está pensando "qué tengo que entregar mañana? para el martes tendré terminado el trabajo? me dará tiempo a estudiar para el exámen del jueves? aprobaré la que tengo pendiente del año pasado dentro de unas semanas? podré hacer prácticas? me compensa la entrevista de trabajo de mañana? sigo como estoy? y en septiembre vuelvo a la facultad, podré con todo? PODRÉ CON TODO?


Dicho así suena muy tonto, pero dentro de mi corazón, cuerpo y mente todo se complica y toma un peso fundamental. Porque de hecho, cada cosa que hago, por fin, significa algo.


Y tras esto, sigo con el trabajo para mañana antes de ponerme a estudiar para el exámen de mañana. Yiiiihiii.


Pero con alegría eh? con alegría.