miércoles, 25 de noviembre de 2009

PAUL WHITTINGTON Y SUS MARAVILLOSOS ANDROIDES


Deberíais conocer a los androides de Paul Whittington. Me encanta la obra de este fotógrafo y director (por ahora) de cortometrajes.

Me gusta cómo contrapone la crudeza y la ternura humanas, y cómo las traslada a supuestos objetos, ya sean muñecos metálicos, de plastilina, o vegetales. Consigue dotarlos de una humanidad asombrosa: sus personajes resultan tristes, desdichados, patéticos... pero también inexpertos, curiosos, juguetones y ávidos de vida. Me recuerdan a juguetes rotos. De esos que casi nunca (casi) imaginarías vivos, pero que sin embargo algo en ellos trasciende y se comunica con una parte esencialmente humana y primaria que hay en nosotros. La bondad, la dignidad, la generosidad, las preguntas acerca de qué y quiénes somos... Esos ojos en teoría fríos e inanimados son dos bolitas de hierro que te miran dubitativos y te sonríen tímidos. Necesitan respuestas, necesitan comprender y conocer. Son tan... asquerosamente humanos.

Los androides que el señorito Whittington ha desarrollado para sus cortos transmiten todo tipo de emociones. Y reflexiones, y conclusiones. Plantea preguntas muy interesantes mientras te guiña un ojo. Sus personajitos me enternecen igual que Chaplin, ya sea en sus pelis mudas o en las sonoras (especialmente Candilejas transmite exactamente aquéllo de lo que hablo). Se trata de esa especie de aire desolado, solitario, casi infantil, de extrema dulzura, de entrega ; ojos enormes y brillantes que dudan pero te necesitan, desvalidos. Me emocionan. Y se trata de androides. Muñecos. Son sin embargo unos seres, creados por el hombre, que son capaces de sentir cosas más bellas y buenas que muchos seres "humanos". Curiosa paradoja de nosotros mismos. O no.

Os recomendaría que viérais muchos de los cortometrajes de Whittington, pero en especial os diría que os quedéis con tres de ellos, y en este orden además, jeje:

Android 207: http://www.orangecorefilms.com/android207.html (su estética es maravillosa)
Table Kid Kirby: http://www.orangecorefilms.com/tablekidkirby.html (son varios vídeos)
L19: Disposed: http://www.orangecorefilms.com/l19disposed.html


Me encantaría leer vuestras opiniones, una vez que hayáis visto estas cositas. Merecen la pena, de veras.


PD: Por una vez me gusta un robot que no es un gran cabrón. Bender, cariño, espero sepas perdonarme. De todos modos siempre te seré fiel. El amor es tal que asín.

lunes, 16 de noviembre de 2009

NO QUIERO MI ESPACIO

No era mi pretensión, os aseguro, escribir una nueva entrada tan rápidamente. Pero casualmente, se ha puesto a sonar en mi Itunes "All you need is love" y, unido a lo que quiero contar, ha hecho que me hierva la sangre.

Veréis. He entrado en mi cuenta de myspace. Y he entrado para cancelarla. Pero no es la primera vez que entro para salir. Es la cuarta vez que mando mi petición de cancelación y siempre me dice que "en breves" recibiré "un email con las indicaciones a seguir para cancelar la cuenta". La primera vez me lo creí, e idiota de mí, pensé que la llegada de ese mail sería tan fulminante como cuando te registras en cualquier lugar internetil, myspace incluído. Pero obviamente no me lo iban a poner fácil, no. El mail no llegaba, así que una semana después pensé que quizá ya habían cancelado la cuenta, sin mayores complicaciones. Entré para averiguar cómo iba el tema y... ahí seguía mi maispeis intacto. Volví a pedir la dichosa cancelación. Y otra vez. Y con el de hoy ya van, con seguridad, cuatro intento fallidos de matar mi myspace.

Estoy harta. Internet, la tierra prometida donde todo es posible, la América del sueño americano, es un lugar que te atrapa fácilmente, ofreciéndote toda clase de comodidades, ventajas y facilidades para entrar. Es una secta a la que apetece esclavizarse, pero cuando decides salir... es prácticamente imposible. Me pregunto cuánto tiempo real se necesitará para mandar a tomar por saco una cuenta de cualquier sitio web. Y me pregunto también cuánto tiempo real necesitaré yo para deshacerme del PUTO myspace.

Y la pregunta es...

¿Por qué lo ponen tan difícil? Quiero decir; tanto les supone una cuenta más o una menos? Por dios, si con total seguridad siempre habrá adolescentes con ganas de colgar sus fotos sacadas desde la altura perfecta para que sus tetas luzcan en todo su esplendor dispuestas a estrenar sus relucientes maispeises. No lo comprendo. Quiero que me suelten. Ya usé myspace, me vino bien, me cansé, me aburrí, no lo quiero más. Quiero que me suelten de una vez.

¿Por qué? Quien sepa, que hable.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ni siquiera el Purgatorio

Estoy un poco atascadilla. Tengo que terminar un artículo para un proyecto y estoy en blanco. Quizá por el hecho de que debe ser muy breve no consigo dar con las palabras que resuman todo. Y me aburro. Y tengo sueño. Y no quiero hacer lo que tengo que hacer. Quisiera soñar un poquillo, pero no hay nada en el horizonte que me provoque el estado mental/emocional que necesito. Eso sí. He caído en un gran agujero. Llevo media tarde escuchando, una y otra vez, tres cancioncillas de cierto quinteto de los noventa que no nombraré aquí. Quedaría demasiado mal. Pero la realidad es esta: no dejo de escuchar esas tonadillas tontas y fáciles. Y cuando empiezo así, dejándome llevar por gilipolleces como esa, y divagando por lugares no recomendables... sé cómo puedo acabar. Y si aliñas toda esta estupidez con un poco de, mmm... Jacques Brel, y Scott Walker, y Jaques Brel, y Scott, y el grupete ese... pues definitivamente no te has ganado ni siquiera el Purgatorio. Pero me siento así. Tontica.

Me repatean particularmente estos días que cuentas con algo de tiempo, y cosas pendientes que generalmente te apetece hacer (o debes hacer) y que sin embargo, no tienes ninguna gana de hacer, excepto cuando no cuentas con nada de tiempo. Me explico. Durante la semana, entre clase, deberes y curro, apenas tengo tiempo para chorradas (aunque siempre mantengo un margencillo para mis cosicas). Ocurre que a veces tengo tiempo; por ejemplo, una tarde entera sin compromisos, libre por entero para mí. Entonces me digo: por fin, ahora termino las letras de aquéllas canciones... y luego dibujaré aquéllo que me rondaba por la cabeza, o continuaré escribiendo aquél relato que tanto me estaba emocionando... pero no me apetece. Son, precisamente, los días que tengo tiempo, los días que me apetece perderlo. Y es una gran putada. Como una broma cruel y despiadada. Esos días sólo quiero quedar con mis amigas, o ver la tele, o pasarme horas leyendo, o mirando al techo pensando en cómo construir una cámara que sea réflex sin serlo... Y en cambio, cuando me he acostado a las dos de la mañana por terminar alguna cosa y me tengo que levantar a las siete, no puedo dormir. Me quedo leyendo hasta tarde y encima me levanto y me pongo a dibujar estupideces. Joder, debería estar durmiendo. Y me pongo a pensar en lo genial que sería atreverme a decirle algo a aquél camarero de ojos oceánicos y me invento todo un romance. En fin. Y me pregunto... pierdo el tiempo o lo gano? La verdad es que no termino de entender estos mecanismos.

Siempre me falta tiempo, para perderlo y para ganarlo. Y para perder, y para ganar.



Estoy un poco atascadilla.



PD: Por cierto, vaya sosez de post. Creedme que he dudado horrores en publicarlo. El título prometía más, verdad? En fin; otro día hablaré sobre el Purgatorio. Qué dolor de corazón!