lunes, 27 de septiembre de 2010

VIVIENDO ETERNAS DISTANCIAS

Qué gran compañía la de Gardel para ilustrar lo que voy a contar en contraste total con su nostalgia dulce, áspera e irónica!!

Resulta que son buenas nuevas. Primero, porque me he decidido a volver por aquí. Por suerte no se trata de pagar un alquiler por un espacio que no utilizas, y permite regresar siempre, sin necesidad de llamar para avisar de tu vuelta o tocar el timbre. En definitiva, que he vuelto, al menos para escribir sobre esta cosita que me hace feliz. Que son unas cuantas, en realidad. Posiblemente no vuelva a escribir en meses, quién sabe. Tampoco es que importe, porque quien más lee este blog es mi propia persona, con total seguridad.

Todo el miedo, tensión y preocupación que destilaba el último post que publiqué, se cumplió. Cumplí con las expectativas, y es que la cosa se jodió. Hace unos meses no me salieron bien las cosas, pero he aprendido, aun a base de rabia y hartazgo, a esforzarme una vez más y en febrero me volveré a examinar de nuevo y por última vez, pero no será igual, porque pongo a Bender por testigo, que el espíritu luchador de Scarlett O´Hara me ha poseído. No me rindo. No me da la puta gana. Estoy empezando a ambicionar muchas cosas que, mira tú por dónde, sé que puedo conseguir. Y oh, soy universitaria de nuevo. Estoy en tercero de Gráfica Publicitaria, en medio del proyecto final, y además me he matriculado de nuevo en Periodismo para acabar aquéllo que una vez terminé sin terminar. Y no sólo eso! Comenzaré en breves clases de dibujo anatómico, cosa que me debo a mí misma desde hace unos cuantos años. Ah! y existe un nuevo proyecto musical en mi vida. Por fin voy a cantar soul, otra de esas cosas que me debía a mí misma; por fin voy a sosegar ese hambre por expresarme cantando de verdad, sin ruido ni electricidad, pero con cortocircuitos siempre.

Y en medio de tantos estudios, comienzos, búsquedas, y círculos cerrándose realmente, estoy encontrando unos momentos de felicidad alucinantes.

Sigo echando de menos ciertas cosas, aquéllas de las que hablaba Gardelito precisamente (en un recodo de tu senda está mi hogar...), pero creo que nunca llegué a ver claro, excepto ahora, que el trabajo de introspección o de autoconocimiento, y esfuerzo y alegría (hacer tuya la alegría besándola al pasar, claro), e implicación y creatividad; esa unión con tu propia fuerza vital, da frutos. Y muchos. Y ahí estoy, recogiendo mientras siembro. Es siempre primavera ahora, aunque contemple el resto de estaciones. Y lo bien que huelen! Mientras, otras cosas siguen creciendo... nunca pensé que regar funcionaba tan estupendamente.

Estoy aprendiendo a enamorarme de la vida, creo. O es que ya lo he hecho?