miércoles, 29 de julio de 2009

La belleza no debería perecer; el valor no debería perecer

Hace más de un mes que no escribo. Durante este tiempo me he planteado contar algunas cosas que me han resultado interesantes, pero no sé cómo han ido perdiendo la gracia y la frescura, esa que provoca que abras tu bloguillo y te pongas a escribir desesperadamente. Así que básicamente se trata de que se me habían quitado las ganas de contar nada, de opinar sobre nada o de decir absolutamente nada. Y por qué me pongo a escribir ahora, dirán mis miles de seguidores/lectores. Pues bien, porque me he acordado de una cosa que sí me tiene fascinada desde hace mucho mucho tiempo y ahora la he recordado. Y por qué no compartirla con mis fans? Para eso estoy aquí, queridos míos. 

Veréis. Siempre he sido una romanticona, pero no de las ñoñas, sino de las de abismos y profundidades, absurdamente trágica y melancólica (insisto, debí nacer en el siglo XIX). Disney ha sabido recrear el romanticismo tontorrón, pero el romanticismo doloroso, de sacrificio y de nostalgia jamás curada... ese romanticismo siempre se le ha atascado al señor Walt. Y es lógico. Sus versiones de cuentos clásicos iban dirigidos a los niños, y en su mundo de fantasía y magia no podían caber los finales duros, tristes y sin felicidad. El único cuento que, a mi modo de ver, ha rozado por un momento esa belleza sublime de la pérdida, de la redención y de la transformación sobrenatural pero totalmente infeliz ha sido La Bella y la Bestia. Y tampoco. Necesariamente, todo ha de acabar bien. Y eso en parte es bueno. Pero cuando una es más adulta y va comprendiendo ciertos mecanismos vitales y la realidad comienza a golpear duro, entiendes que los cuentos no tienen por qué dejar de serlo, porque la magia está ahí, pero no siempre lleva a la dicha infinita. Y algunas de nosotras (ejem) sabemos que se puede encontrar una gran belleza en cierta clase de tristeza, aunque suene a ridícula estupidez. El caso es que las personas que mantenemos el romanticismo, pero lo hemos teñido de realidad, hemos profundizado en él y lo hemos embellecido a base de unos cuantos tonos de negro, plateado y blanco, en lugar de rosa y dorado.

Por todo esto personalmente agradezco haber encontrado una versión completamente FIEL al cuento real de La Pequeña Sirena, tan fascinante, misterioso, bello y conmovedor. Se trata de una obra que hicieron unos dibujantes rusos en los años 60. Es una lástima pero no tengo más información, aunque sí creo que realizaron algunas versiones más de clásicos de los Grimm y de Andersen. Éste en cuestión, el de la Sirena, es maravilloso; simplemente perfecto, en su desgracia y en su gracia. Merece muchísimo la pena que lo veáis, quienes tenéis el alma un poco p´allá (y eso no se cura nunca, por suerte). El vídeo consta de tres partes. Y quiero hacer una especialísima mención a dos cosas: los dibujos, de una delicadeza y finura tremendos, tan teatrales y etéreos, casi místicos y dotados de un aura de inocencia increíbles, y la melodía que canta la Sirena cuando rescata al Príncipe del naufragio. Esa extraña y sobrecogedora melodía, tan dulce pero llena de amargos presagios... 

http://www.youtube.com/watch?v=2jaCL0h_TOI

En fin; este cuento me llega al corazón porque evoca a la perfección ese halo que tiene Rusia, entre triste, emotivo y desgarrador. No sé por qué lo identifico con esas sensaciones, pero así es... 

Bueno, disfrutad de la auténtica historia de La Pequeña Sirena.


S.

10 comentarios:

  1. Gracias por haber publicado algo tan hermoso como lo que acabo de leer.
    Y no... ni la belleza ni el valor deberían de perecer jamás... pero yo creo que son el mismo concepto!
    Muxussssssss

    ResponderEliminar
  2. Hola Virginia, bienvenidísima al blog!! Me alegra mucho que hayas decidido ponerte a escribir por estos lares... me encantaría leer algo tuyo!!

    Estoy totalmente de acuerdo con lo que comentabas... oye, prométeme que verás el corto de La Pequeña Sirena, seguro que te saca una lagrimita!! :)


    Besito!!

    ResponderEliminar
  3. Es como si Boticcelli se hubiese dedicado a los dibujos animados. Una maravillita.

    ResponderEliminar
  4. Botticelli? A mí me recuerda más a Brueghel, por lo escuálido y medieval de las formas (aunque él fuese un pintor flamenco... no te parece que tiene un estilo condenadamente gótico?).

    ResponderEliminar
  5. Nooo! Boticcelli por lo bonito!De una belleza muy dulce y femenina con los ojotes medios tristes y bucles por aquí y por allá de facciones delicadas, finas. Brueghel, suponiendo que te refieres al Viejo, que en esa familia pintaba hasta el gato! me parece en cambio que poco más y da miedo, con esas gentes que parece o que te van a robar o a contagiar algo. Digamos que si me van a encerrar en una pintura de uno de estos dos maestros por favor y que sea en un Boticcelli. Que los dibujitos eran bonitos y ojones, dulces y etereos!
    El arte gótico, por otro lado, a mi se me pinta siempre como religioso o pío en Brueghel véo en cambio como gente en un mundo abandonado por dios(ojo con la minúscula en dios), vulgar, cruel y al pie de coger la peste.

    ResponderEliminar
  6. Mmmm interesante, entiendo lo que quieres decir. Y sí, me refería al Viejo. Sin embargo, aunque Boticcelli transmite más dulzura, complacencia y amor por una naturaleza onírica y siempre bella, prefiero a Brueghel por su oscuridad, sus simbolismos, todo lo que hay de oculto en su pintura... me es mucho mas seductor y evocador! quizá es porque hay algo en su modo de ver el mundo que me recuerda a El Bosco, aunque no sean del todo parecidos.

    ResponderEliminar
  7. Y claro! De Boticcelli me gustan las chicas más que nada que para tener como quinientos años, no se ven nada mal. Brueghel me gusta más, sobretodo si me voy a poner a contemplar los infinitos detalles de su mundo de pesadilla. Y, sí, siempre va parejo con El Bosco, al menos cuando se los estudia. Que ha estos tíos hay que verlos con lupa y mucho tiempo.
    La cosa era que los dibujitos rusos de La Sirenita yo los ponía más del lado femenino y grácil de Botticelli y no del "Lado Oscuro" de Brueghel. Pero bueno y al menos recordamos a algunos clásicos no?

    ResponderEliminar
  8. Sí, es cierto que estos dibujos tienen un aire ultra-femenino (incluso el Príncipe es delicadísimo!!) y místico. Echa un vistazo a una pintora llamada Remedios Varo, me recuerda mucho a los dibujos de la Sirena, pero la señora Varo recreaba un mundo de ensoñación absoluta, y ciencia, y misterio... es extraña y maravillosa!!!

    http://images.google.com/images?hl=es&client=safari&rls=es-es&um=1&sa=1&q=remedios+varo&btnG=Buscar+imágenes&aq=f&oq=

    no sé si sale el link directo...

    ResponderEliminar
  9. Si los pude ver! Maravillosos! Hay una revista anual llamada "Spectrum" (cara, pero sale sólo una vez al año) gorda y como un libro. Es sólo de ilustraciones de arte fantástico (aunque,en los últimos años han agregado escultura y modelos). Ahorita no puedo chequear alguna de mis copias, pero no me sorprendería que Remedios Varo estuviese incluida.

    ResponderEliminar