domingo, 25 de marzo de 2012

LA PROMESA

Arcadia y la ensoñación pastoril... o lo que viene a ser la promesa de una América que nunca fue ni posiblemente será: internet. En la teoría, una tierra sin nombre, sin dueño y donde la libertad es un derecho para cualquiera en lugar de un privilegio para unos pocos. En la práctica, un lugar donde pastorear a cambio de la total pérdida de intimidad, y donde la libertad se entiende como la exposición continua y abierta en canal. ¿ O no? Pues la respuesta sigue siendo una incógnita, porque obviamente, nada es tan bueno pero tampoco tan malo. Como siempre, depende de la relación que se establezca con la herramienta de que dispongamos. En este caso, "la máquina". Esa máquina que nos toma de la mano y nos lleva a confines inexplorados. Pero sólo si queremos. Ahí radica la cuestión, en la capacidad de elección; saber decir NO. ¿Cuál es el uso que le darás a Internet? Puedes escoger vivir a través de la red, depender absolutamente de ello fomentando relaciones (llamémoslo así) con cualquier persona de cualquier parte del mundo. O puedes emplear lo que Internet te ofrece, sabiendo por qué lo coges. Es decir, sabiendo por qué lo usas y hasta qué punto lo necesitas. Aunque no debería ser siquiera cosa de necesidad, sino de uso. ¿Tal es nuestro grado de soledad?

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