viernes, 24 de febrero de 2012

YA NADA.

















Tras los urdangarines varios que se pasean frente a nosotros, una se pregunta... ¿De dónde sale ese cóctel de estrategas, psicólogos, expertos en lenguaje corporal, etc. que controlan todo cuanto sale de boca de toda persona pública? Quiero decir, ¿dónde reside la verdad? Si todos los seres que ostentan el poder por medio de sus cargos (electos o no por el pueblo) están domesticados por personas que han estudiado para ello... ¿dónde queda la realidad, lo verdadero? ¿Cómo nos las apañamos para creer en la palabra de alguien? Si cada mirada, cada gesto incluso en apariencia involuntario y cada movimiento de cabeza está estudiado y mil veces ensayado, no queda sino el terror. El pánico. Si no hay naturalidad porque no está permitida, no hay honestidad, no hay VERDAD. Por tanto, la idea de confianza se deshace hasta desaparecer en un asqueroso líquido burbujeante y humeante como la bruja mala de El Mago de Oz. Si no puedes mirar a alguien a los ojos y creerle, todo está perdido.


Me asusta profundamente ver que todo lo público está contenido por una rémora de asistentes especialistas en esto y aquéllo que "preparan" las comparecencias, actos, ruedas de prensa, apariciones públicas, etc. para crear y hacernos creer (y caer) en un circo para el que no hemos comprado entradas. Todo se halla medido al milímetro para poder comprar la objetividad. La verdadera subjetividad se esconde tras siete velos de una gran labor actoral y una mejor dirección de actores, atrezzo e incluso banda sonora.

Me da miedo y asco en lo que se ha tornado el ente público que nos rodea. ¿Por qué ya no vale una mierda el hecho de dar la mano a alguien y que ese tacto sea algo sagrado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario