sábado, 18 de febrero de 2012

FRAN(K)AMENTE

Woodring. Se apellida así, anillo de madera. Y se llama Jim. Es un señor raro que dibuja muy bien.

Tiene un mundo interior peculiar y lo transmite en sus dibujos creando universos oníricos, simbólicos, crueles, emotivos, espirituales e incomprensibles.

Este señor hace cómics. Él los crea: los dibuja y los escribe. O debería decir que los hace comunicarse, porque diálogos no hay en sus historietas, pero tampoco los necesita. Ese elemento tan propio del comic como son los bocadillos, en las historias de Jim Woodring no hacen falta. Y ese mutismo resulta inquietante, atractivo y emocionante.

Con todo esto, podría pensarse que realiza dibujos sesudos, cargados de intención, muy pensados y sudados. Bien, pues no es así. El mensaje es elemental, como podría ser el dibujo de un niño, pero no es fácil de encontrar y comprender, como lo es el mensaje de un adulto. Su personaje fetiche se llama Frank, y es una "cosa" medio gato, medio osito, medio perruno, que vive en un idílico lugar plagado de colinas y bosques y casitas y castillitos de aspecto oriental.

Este mundo se llama Unifactor y Frank pasea por él con su mascota Pupshaw (no quieras que te explique qué es porque su forma no dice nada de lo que en verdad es; por lo que será lo que quieras que sea) descubriendo y desflorando todos los misterios que lo rodean. Se topará con todo tipo de almas, tentadoras o patéticas, que querrán dominarlo. Frank experimentará, sufrirá y hará sufrir, pero siempre volverá al hogar, renovado y con paso tranquilo.


En España nunca se habían publicado estas historietas. Perdón, estas novelas gráficas; estos diccionarios aleccionadores de la vida, pero por fin, POR FIN, la pequeña pero elegantísima editorial Fulgencio Pimentel (¿homenaje a Vainica Doble?) ha tenido a bien hacernos llegar el volumen 1, titulado "Frank" (con prólogo de Coppola) y en pocas semanas saldrá a la venta el esperadísimo segundo volumen, "Weathercraft".


Dale la manita a Frank, que no muerde (sólo a veces), y sal a pasear con él aprovechando que siempre luce el sol en Unifactor.

1 comentario:

  1. ¡Hola querida!
    Soy la galaxia G-2091956, me gustaría contestarte a tu entrada "Saber Ver"
    La Mente no es el cerebro, éste es su mecanismo, el maravilloso patio trasero, donde nos perdemos haciéndonos innumerables preguntas, espirales sin retorno, vericuetos absurdos que nos hacen viajar a la velocidad de la luz, pero ¡Oh quel horreur! seguimos en el jodido patio trasero...
    ¿Porque? por la sencillísima razón que el acceso que tenemos a nuestra Mente es muy complejo para el ser humano, mundano, y urbano que hemos creado;
    ¡Oid, oidos sordos! para solo arañar nuestra Mente tenemos que entrar en otro espacio tiempo... Verás coge una silla, sal a tu patio trasero, después de haberlo limpiado pulcramente, siéntate, cierra los ojos y NO HAGAS NADA, respira, entra en ti, y es posible solo posible que roces el otro especio-tiempo donde todo es posible e imposible y Donde los ciegos VEN.

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