jueves, 3 de mayo de 2012

SABOREANDO LA INMUNDICIA


Strauss, como el del vals. Y a modo de baile lánguido y rítmico, el periodista y escritor norteamericano (entre otros quehaceres relacionados con el arte de la seducción) Neil Strauss, ha conseguido en numerosas ocasiones hacer mover las bocas de sus entrevistados como si de autómatas se tratase, de modo que salgan todo tipo de pestilencias y secretos inconfesables de ellas. Se lanza contra las celebrities, carga toda su artillería pesada y no se deja ni una vocal; ni siquiera una consonante, en sus preguntas y afirmaciones. Así las cosas se ha ganado tanto amistades como enemistades y odios varios, algunos virulentos incluso. Otros lo adoran, como a todo Dios del siglo XXI.

Ahora desgrana toda la mierda que se ha encontrado por el camino en su nuevo libro, "Todos te quieren cuando estás muerto" editado por Contraediciones. No se corta ni un pelito del poco que porta en su cráneo. Muchos lo tachan de deslenguado y mentiroso pero tampoco ocultan que lo aman desesperadamente. ¿Qué mejor que un librito de declaraciones incendiarias y repetidas y re-publicadas en todos los twitters habidos y por haber para resucitar una carrera cadáver?

Madonna, Britney, Bono, Courtney y demás plebe del pop han pasado por sus manos y él, con su sonrisa de buen tipo, los ha estrujado hasta hacerlos sangrar, y con su pérfida memoria, los ha apuntalado en la insidiosa pared de los mitos caídos y poco fiables. Más de lo mismo, pero jugoso y morboso, ¿o no? Y al fin y al cabo, ¿ no se trataba de eso? Chupemos pues, los restos que Strauss nos ha dejado.

HISTORIAS

"Radio Uno, de Radio Nacional de España, presenta... - sonaba la preciosa y nostálgica melodía que no sé a qué obra pertenece - Historias... Historias de terror, de aventuras, de suspense, de ciencia ficción. Un programa escrito y dirigido por Juan José Plans". Y comenzaba la música inquietante e introducían la obra literaria, ya fuera relato corto o novela más larga, que iban a emitir en forma de radioteatro. Verdaderas joyas de dramatización de, sobre todo, inquietantes historias de miedo y suspense de Edgar Allan Poe, Le Fanu, Maupassant, etc. Qué mejor que Léon Spilliaert para ilustrar lo inquietante...

Una madrugada cogí un aparatejo radiofónico que habitualmente empleaba para escuchar un programa de rock and roll (que fue mi verdadera enciclopedia musical y que dará para otra entrada), pero aquélla noche insomne me dio por vagar hollando los caminos de otras emisoras hasta que tuve que detenerme en una, necesariamente. Escuché a un hombre hablando, susurrando. De fondo se oía el viento y la lluvia... y una música trágica y extraña lo envolvía todo. Me quedé sobrecogida. Me pareció estar oyendo una película. Comenzó a invadirme una sensación de miedo sobrenatural y la necesidad de taparme hasta las pestañas con la colcha. Recuerdo aquéllas noches, cuanto tenía unos 16 o 17 años, y no podía dormir... devota fan como era (y aún soy) de los relatos y cuentos de terror, me deleitaba lo indecible cuando llegaba la hora de escuchar mis historias para no dormir. Me sumergía en aquélla cuidada ambientación, en la historia tan vívida que me estaban contando sólo a mí. De hecho, no me la estaban contando, la estaba presenciando. Este mágico programa, que posiblemente pasó bastante desapercibido para mucha gente, transitó por las noches de RNE desde enero de 1997 hasta septiembre de 2003. El escritor y locutor Juan José Plans se encargaba de escribirlo, presentarlo y dirigirlo, y lo convirtió en una delicia absoluta y creo, a mi entender, una verdadera joya de la historia de la radio española. Hace tiempo que este programa desapareció y con él las noches calladas y atentas al cuento que nos iban a contar para (no) irnos a dormir, pero por suerte, algo bueno debíamos sacar de los tiempos que vivimos: los podcasts.  Tuve el enorme placer de dar casi por casualidad con una web en la que varias personas amantes de este adictivo programa, han creado posdcasts con emisiones de "Historias" para que podamos seguir disfrutando a día de hoy, en las noches lluviosas y oscuras en las que no podemos pegar ojo, del miedo. 

NECESIDAD DE CREER

¡Vaya con Marte!! ¡Mira que soy ilusa! ¡Y crédula!
Resulta que desde hace unos años (creo que concretamente desde 2003) circula por la red un dichoso y odioso powerpoint de esos que crean cadenas y que todo el mundo se empeña en reenviar eternamente. Al menos éste no contenía florecitas ni musiquitas estúpidas ni nada escrito en comic sans, pero lo malo de esta presentación en concreto es que me he sentido muy idiota por creérmela. O por querer creerla. El contenido hablaba de Marte. Por lo visto, a finales de agosto de este año se podría ver el planeta rojo al mismo tamaño que nuestro satélite. ¡El mismo tamaño que la Luna! Asombroso, maravilloso.
Bien, yo me lo he creído. Es la típica información en la que hay "algo" que te chirría sospechosamente pero que sin embargo deseas creer sin comprobar las fuentes porque el hecho que anuncia es tan magnífico, mágico y alucinante, que no quieres sino esperar que llegue el día para verlo con tus propios ojos: asistir a un momento único y trascendente que poder contar a tus nietos. ¡Error! Convendría dejarse de magias disneyanas y hacer más caso a esa vocecita que nos decía "¿Qué demonios estás diciendo?¿Qué gilipollez es esa de que veremos Marte al mismo tamaño que la Luna? ¡Venga ya!". No tenemos que ser expertos astrónomos para darnos cuenta de que no debemos creernos cualquier cosa que provenga de Internet, y sin embargo la ilusión es gratis, damas y caballeros, y además la necesitamos tanto que cuando nos la brindan la agarramos sin protestar y con sonrisa de bobos. Pues así me he quedado yo cuando, haciendo caso de mi sabiduría interior (que no de mi aplastante lógica), me he decidido a investigar un poco acerca de esta pequeña mentirijilla internetil. Y ¡oh! es una falacia, sí. Jamás podremos ver a Marte del tamaño de la Luna. Aunque seguiremos soñando con ello, año tras año.